miércoles, 8 de junio de 2011

Agricultores invaden Madrid.

Los agricultores trasladan la huerta española al centro de Madrid
La COAG llena Felipe II de tenderetes de frutas y hortalizas para defender el producto español tras la crisis del pepino en Alemania


La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha llevado esta mañana a la avenida de Felipe II de Madrid 40 mil kilos de frutas y hortalizas desde Almería, Murcia, Granada, Aragón y Extremadura para repartir gratis al público. Los organizadores han montado tiendas en las que el producto estrella es el pepino. También había melones, melocotones, pimientos... pero los pepinos estaban en primera fila, para que se vean bien. Alrededor de los puestos había dos colas, cada una de más de 100 metros, y más de 500 personas esperaban pacientemente para conseguir productos gratis. En las colas había de todo: madres, personas mayores, niños pequeños en carritos...


La COAG ha organizado este alegato hortofrutícola para defender el producto español ante la crisis del E.coli en Alemania. Miguel López, secretario general de COAG, ha calificado la situacion de "inaceptable" y ha resaltado que "el sector español cumple escrupulosamente con todos los controles de calidad", por lo que ha pedido responsabilidad a nivel político a la Union Europea. Ha recordado que el sector es "el mayor exportador de frutas y hortalizas del mundo y aporta 8.000 millones solo en exportaciones a nuestra economia". Según López, por la crisis en Alemania, "España ha perdido ya 350 milloones de euros, cuando no hay ningun problema con el producto".

También ha intervenido José Ángel Olivar, de la UCE (Unión de Consumidores de España), que ha pedido a los consumidores "que no duden del producto español". "No solo hay que estar tranquilos, sino orgullosos", ha recalcado. Olivar ha mandado un mensaje a todos los europeos diciendo que "deberian poner un monumento a los productores españoles, porque son los que les dan de comer". Ha destacado que el producto español no está lo suficientemente valorado y opina que es "de primera calidad". "Como decimos aquí en España: son cojonudos", ha concluído.

Ana Echenique, de la organización de consumidores CECU, ha dicho que "la transparencia es la solución, que en el mercado de las frutas y hortalizas quiere decir trazabilidad". Es decir, que cada producto puede seguirse en cada fase de la cadena: "por dónde ha pasado, de dónde ha salido, la finca en la que se ha producido". También dice que mientras el producto está "en manos de los españoles hay trazabilidad, el problema llega cuando el producto llega al mercado alemán".

Miguel López ha destacado que cuando se culpó de la epidemia al pepino español, los alemanes fueron capaces de identificar "al día siguiente" la finca en la que se habia producido. "Lo que pasa es que llegan los productos a Alemania y lo juntan todo, perdiendo la trazabilidad", ha explicado López.

Vicente Carrión de la cooperativa SURESCO, localizada en el Campo de Cartagena en Murcia, vino a Madrid por la mañana junto al camión que trajo las 10 toneladas de producto que aportó la región de Murcia. Contó que la crisis de la bacteria está afectando severamente las ventas de todos los productos españoles del sector. "Los consumidores tienen miedo, y si no compran, cae toda la cadena. Pero al final es el productor que sufre" dijo.

Carrión relató que su cooperativa tenía un contrato para suministrar cinco millones de patatas al mercado alemán. Pero con los tubérculos ya listos para recoger, "han cancelado el pedido". "¿Que hacemos? Podemos guardarlos en camera fría, pero solo durante unos días", explicó. Pero esta opción tiene un coste que "rápidamente consume cualquier beneficio de poder venderlas luego", puntualizó el agricultor. ¿La otra opción? "Tirarlas directamente", lamentó. A 30 céntimos por kilo, cinco millones de kilos tirados salen caro. Un millón y medio de euros.

La fruta y hortaliza que los agricultores han traído a Madrid parece mucho, pero Carrión explicó que con las cantidades que mueve el mercado español es en realidad simbólico. "Queríamos solidarizarnos con los consumidores españoles, y a la vez recordarles lo bueno que es nuestro producto", dijo.

Rosario Martín es de Valladolid pero lleva 48 años viviendo en el barrio de Salamanca. Era la primera en la cola para coger frutas y hortalizas y pareció estar muy satisfecha con lo que le han regalado. "Llevo pepino, por supuesto, melón, sandia, tomates, pimiento rojo y melocotón", dijo a salir con cuatro bolsas de plástico llenas. Explicó que ella nunca dejó de "comprar el pepino" y cree que es una "vergüenza" lo que han hecho los alemanes "perjudicando económicamente a tantos españoles". Tenía planificado un gran gazpacho con lo que ha recogido hoy.

El único limite a lo que la gente podía llevar era su propia capacidad de cogerlo, y había varios niños que bajaron de sus carritos para dejar sitio a melones, patatas y bandejas de tomates. Aroa, de 23 años, guardaba unas 10 bolsas de todo tipo de fruta y verdura mientras otros miembros de su familia le trajeron más. "Somos 24 en mi familia", explicó. Viven en tres casas, en Moratalaz, "pero no tenemos coche, así que lo llevamos en autobús", dijo la joven, sonriente. Espera que lo que llevan hoy dure una semana.

Los organizadores había pedido un permiso hasta las 14.30, pero al final las cuarenta toneladas no duraban ni eso. A las 12.40, un poco más de una hora después de empezar a repartir, solo quedaba unos pepinos que llevaron rápidamente los últimos de la cola.

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