sábado, 18 de junio de 2011

El legado de Monsiváis.

Nadie sabe aún todo lo que dejó Monsiváis
A un año de su muerte, todavía no se termina de organizar el legado de fotos, artesanía, películas y música que dejó el escritor


Crear una fototeca para exhibir las más de 10 mil imágenes que a lo largo de cuatro décadas fue reuniendo de autores como Man Ray, Tina Modotti, Manuel y Lola Álvarez Bravo, Paul Strand y Agustín Jiménez; así como instalar una videoteca que pusiera a disposición de los mexicanos las más de dos mil películas clásicas del cine mexicano, ruso y norteamericano que coleccionó a lo largo del tiempo, son sueños que Carlos Monsiváis no pudo llegar a realizar.

El intelectual mexicano que era considerado “conciencia de México” tenía muchos planes y proyectos cuando lo sorprendió la muerte el 19 de junio de 2010. No sólo le había propuesto a varios amigos, como Rafael Barajas El Fisgón, Jenaro Villamil, Braulio Peralta y Carlos Bonfil emprender nuevos libros, sino también tenía en mente seguir compartiendo con los mexicanos sus colecciones de arte popular, grabado, pintura, fotografía, caricatura, carteles y publicaciones.

Aunque concretó el más grande de sus sueños: la creación del Museo del Estanquillo, que abrió sus puertas el 23 de noviembre de 2006, en el cual se ha exhibido una pequeña parte de la gran Colección Carlos Monsiváis que supera las 15 mil piezas, el escritor y cronista mexicano no paraba de soñar e imaginar nuevas aventuras.

Sin embargo, esa colección de colecciones nadie la conoce del todo. Pues a pesar de que un equipo coordinado por Rodolfo Rodríguez Castañeda, primer director del Estanquillo, realizó un trabajo previo cuatro años de la apertura de ese recinto, la colección es tan amplia que todavía no se ha terminado de contabilizar, catalogar y conocer.

Rafael Barajas dice que a la muerte de Monsiváis le pidieron que se mantuviera a cargo de la curaduría de las exposiciones “porque suponen que conozco las colecciones, sin embargo, yo digo que es una colección que nadie conoce a ciencia cierta”.

¿Historia de una fototeca truncada?
Aunque Beatriz Sánchez, prima del escritor, asegura que Carlos nunca pensó en crear una fototeca, el fotógrafo Luis Jorge Gallegos, quien trabajó con él en los últimos meses, dice que el proyecto que le encomendó Monsiváis era registrar toda su colección de fotografía para establecer una fototeca.

Gallegos comenta que en seis meses que duró la encomienda, que fueron los meses antes de que Monsiváis se agravara y llegara hasta el hospital, él avanzó muchísimo en un acervo que es muy complejo; aunque asegura que la mayoría de fotografías ya estaban más o menos organizadas.

“Lo que hice fue juntar el material que estaba en todos lados de su casa, debajo de un cojín, arriba o detrás de los libros, todo lo fui recuperando y me dio chance de hacerlo, eso lo empecé a catalogar y lo contabilicé. Se trata de alrededor de 10 mil imágenes de un archivo con acervos fotográficos del siglo XIX al XX; tiene unas joyas preciosas, por eso su ambición de hacer una fototeca”, señala Luis Jorge Gallegos.

Sin embargo, Beatriz Sánchez niega que su primo haya tenido tal proyecto, incluso dice que no hay un registro de fotografías acabado, que se han registrado algunas, por lo cual se mantienen en ese trabajo; hasta el momento ella ha contabilizado cerca de mil imágenes.

Luis Jorge Gallegos argumenta que la mayoría del material fotográfico se quedó en la casa, y aunque hay material en el museo, es lo menos.

Comenta que casi todo está en la casa afortunada y desgraciadamente porque no hay control y además Carlos Monsiváis no dejó dicho nada al respecto, pues el proyecto lo empezaron cuando ya estaba enfermo.

“Lo van a terminar vendiendo, como no está catalogado, no lo van a poner en valor, ojalá que a quien lo vendan le interese de verdad el material y que le de el sentido que Carlos quería darle, porque un coleccionista lo que hace es darle sentido a su colección, estás coleccionando cosas por un interés, tampoco es un asunto de cantidad, es un asunto de personalidad, de su lógica, de su interés”, afirma el fotógrafo.

Sin embargo Beatriz Sánchez no tiene planes de poner ninguna colección en venta; dice que incluso las obras que están en casa -varias de las cuales enmarcan la urna donde están las cenizas de Monsiváis- las prestan al museo cuando la exposición las requiere.

¿Es posible o no vender la colección de fotografía o de grabado?, se le pregunta a la prima hermana del cronista. Ella responde así: “Quizás se podría vender, quizás no se van a vender, que estén en el museo no significa que no se pueda vender”.

De corazón cinéfilo

La que si era una de las aventuras más avanzadas era la creación de una videoteca donde pudiera tener las más de 2 mil películas que Monsiváis atesoró a lo largo de su vida y en las que hay de todo, como era su espíritu coleccionista, desde los grandes clásicos y algunos filmes norteamericanos, hasta obras del cine soviético muy poco conocido; sin olvidar la parte mexicana, donde ocupan un lugar especial las películas protagonizadas por Pedro Infante.

Beatriz Sánchez Monsiváis, prima hermana del cronista que habitó casi toda su vida en la colonia Portales, asegura que Carlos Monsiváis sí pensó en crear una videoteca e incluso se avanzó en un proyecto que ella no descarta y aunque no ha tomado todavía la decisión, la colección fílmica podría llegar al Museo del Estanquillo.

“La colección consta de unas dos mil películas que ya hemos inventariado, esas no están en el museo, ninguna, todas están aquí. Hay cine de todo, mucho cine mexicano, yo creo que tiene la mayoría de películas de Pedro Infante; las películas que consideraba importantes están, le gustaba mucho la comedia musical; en fin, tiene de todo un poco”, comenta Beatriz Sánchez en entrevista con EL UNIVERSAL.

Esa colección que da cuenta de la pasión por el cine de Carlos Monsiváis, que compartía con el escritor Sergio Pitol y con el crítico de cine Carlos Bonfil, se encuentra en buenas condiciones, a decir de Beatriz Sánchez, quien afirma que es probable que se vayan al Museo del Estanquillo, donde se inició una sala de cine pero no se concretó el proyecto. “Carlos tenía la idea y lo tenía planeado con Carlos Bonfil, llevaban cierto avance, pero no se logró hacer”.

Rafael Barajas El Fisgón, gran amigo de Monsiváis, colega y compañero fiel en el arte de coleccionar, dice que Carlos tenía una gran cantidad de proyectos viables, entre ellos hacer una fototeca y una videoteca, “no sé qué tan viable era el de la fototeca, pero el de la videoteca sí lo era, tenía una colección impresionante con cientos de películas” y dice que hay muchos proyectos que no se deben desechar.

Coleccionista singular

Beatriz Sánchez dice que Carlos era muy visionario para muchas cosas y tenía un ojo tan penetrante que captaba lo que importante y lo compraba. Así fue que atesoró y conformó la más rica colección privada de arte popular de la que se tenga memoria.

Para “El Fisgón”, Monsiváis era un coleccionista muy complejo al que le interesaba absolutamente todo; un hombre que ejercía el coleccionismo, que es una actividad cultural fundamental en el origen de muchas áreas del conocimiento y él tenía un ojo espléndido para encontrar tesoros culturales.

“Tenía un bagaje cultural impresionante, sabía todo de la cultura mexicana, se empezó a interesar por la obra de grandes artistas como Agustín Jiménez, Miguel Covarrubias, Leopoldo Méndez; con su colección, Carlos logró revalorar el trabajo de varios de estos artistas; tenía muy buen gusto. Era un coleccionista voraz e innagotable y en fotografía no se diga; él recuperó una serie de autores que apenas se están poniendo en valor; también compró parte del acervo de Chucho Reyes”, recuerda.

En compañía de El Fisgón, el escritor Carlos Monsiváis recorrió varios lugares, librerías de viejo, mercados; era cliente habitual en La Lagunilla y en la Plaza del Ángel, siempre encontraban algo y también siempre se disputaban un grabado o una caricatura. “Carlos era raro, porque la actividad de coleccionista suele ser muy solitaria, pero él prefería hacerlo con alguien y muchas veces era conmigo”.

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