jueves, 16 de junio de 2011

España entra al "after work".

España se apunta al 'after work'
Unos diez millones de personas -más de la mitad de los trabajadores- ya se reúnen para tomar una copa con sus compañeros tras la jornada laboral.

Terraza, locales de copas, restaurantes, pubs... el fenómeno after work ha desembarcado en España por la puerta grande. Pese a la crisis o -quizás- gracias a ella muchos españoles buscan cada vez más un momento de relax en el que olvidar los problemas y disfrutar del tiempo libre. Esta tendencia, a medio camino del apperitivo italiano, se ha trasladado del fin de semana a los días inter-semanales y del círculo de amistades de toda la vida al de los compañeros de trabajo.

Se trata de una nueva manera de socializarse que, según los expertos citados en el coloquio After work y nuevos hábitos de consumo, celebrado hoy en el madrileñi Paseo de la Castellana, fortalece las relaciones entre colegas de profesión o sirve para que empresarios y clientes se conozcan de una forma distendida, lejos de las comidas de negocios y los fríos despachos, en un local de moda de la ciudad.

En España ya son 10.625 mil personas quienes, al menos una vez al año, dedican un momento ha socializarse con sus compañeros tras la jornada laboral. Y la cifra no es pequeña, ya que supone más de la mitad del total de población ocupada en nuestro país (18.151.700 trabajadores según la Encuesta de Población Activa del primer trimestre de 2011).

La tendencia, que toma el relevo de la caña de toda la vida en el bar de la esquina, ha sido importada de los países anglosajones donde no es nada extraño ver pubs y tascas llenas de gente tras salir de trabajar. Los hábitos de consumo en España, con horarios cada vez más acordes al resto de Europa (el after work se inicia sobre a las 19:00h), se inclinan a esta opción.

La cerveza es una opción demandada en el consumo vespertino de bebidas entre semana, por ser asequible, refrescante y con bajo contenido alcohólico (es la elección del 37,5 % de los afterworkers, sólo por detrás de los refrescos).

El perfil de afterworker español es un hombre (58,2%) o una mujer (41,2%) de entre 25 a 50 años, clase social media-alta, ocupados y que viven en ciudades de más de 50.000 habitantes. No es extraño que múltiples establecimientos hoteleros entre los que destacan las terrazas de los hoteles urbanos, hayan visto en este espacio una nueva oportunidad y reto para adaptarse a la crisis económica que también afecta al sector de la hostelería.

Además de ayudar a paliar la crisis del sector terciario, el after work también propicia, según la opinión de expertos como el catedrático de Psicología Enrique Rojas, claros beneficios emocionales y laborales en los que lo practican con asiduidad.

Su práctica es bienvenida en muchas grandes empresas que creen que fomentar las relaciones entre los compañeros influye positivamente en el rendimiento y motivación del trabajador y permite prolongar el tiempo dedicado a las relaciones laborales de una manera más distendida y relajada.

"Es cada vez más común que las empresas inviten a sus empleados a tomar algo después del trabajo con el fin de que interactúen entre ellos" asegura Fernando Peire, director ejecutivo de The Club at the Ivy, uno de los clubes más selectos de Londres especializados en afterwork en el que solo tienen cabida empresarios, artistas, miembros de la realeza y celebridades que forman parte de su selecta lista.

"Estos locales son el lugar perfecto para las relaciones sociales y laborales y un momento idóneo para explorar posibilidades de negocio y empleo. En Ivy la gente se sienta en zonas, algunas de bancos corridos, por escrupuloso orden de llegada. De ahí, que las relaciones que se crean sean totalmente fortuitas e inesperadas ofreciendo la posibilidad de interrelacionarse entre sí personas de campos y/o profesiones diferentes", resume Peire

El after work es una forma de ampliar tanto la red de contactos personales como profesionales (networking), en este sentido, es cada vez es más frecuente encontrar a personas solas que "han quedado" con alguien al otro lado de la red desde el sillón de un bar. "El fenómeno se adapta a los nuevos tiempos evolucionando con ellos" asegura el dueño de The Ivy.

El uso de las redes sociales es un gran vehículo para organizar un afterwork tanto entre amigos como con gente del sector profesional en el que se trabaja. "Las redes sociales dentro del afterwork permiten visualizar fácilmente a los amigos de tus amigos. Los mensajes 2.0 se comparten más fácilmente. Antes se quedaba por teléfono con alguien y ahora se amplía la convocatoria a más gente a través de Internet", explica Juanjo Amorín, fundador de Kedin.es.

La práctica de after work en España está algo inmadura y su práctica queda aún muy lejos de los países nórdicos, donde la jornada laboral propicia su desarrollo, y tampoco es homogénea –el sur y el centro son sus grandes áreas de cultivo- sin embargo, el 40% de la población mayor de edad dispone de un smartphone por lo que es probable que en pocos años la situación se equipare.

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