domingo, 12 de junio de 2011

Indignados de París no toman La Bastilla.

Policías impiden a “indignados” retomar la plaza de la Bastilla

París, 11 de junio. Un centenar de “indignados” se reunió este viernes en París, cerca de la plaza de la Bastilla, para intentar instalar un campamento “pacífico” de tiendas como el de la Puerta del Sol, en Madrid, el que fue rápidamente desmantelado por la policía al anochecer.

Esto no desanimó a algunos y, a la 1:30 de la mañana, entre 50 y 80 manifestantes seguían en el lugar, con sus bolsas de dormir, rodeados por la policía, según explicó uno de ellos a la Afp.

La prefectura de policía dijo por su lado que unas 30 personas estaban todavía en la plaza, “sin incidentes”. “Todo va bien”, dijo un portavoz, indicando que había un dispositivo policial y que “la reunión se derrumbaría sola”, ya que a comienzos de la noche eran 100 personas.

“No nos moveremos. Esta noche dormiremos en nuestras bolsas”, dijo a la Afp Gregory, uno de los manifestantes que siguen en el lugar.

Un centenar de “indignados” parisinos habían llegado al terminar la tarde a las inmediaciones de la plaza de la Bastilla, llevando mochilas y con flores y letreros en la mano, donde podía leerse: “Yes we camp”.

Los manifestantes intentaron instalar tiendas de campaña, organizar un campamento “pacífico” y “retomar la Bastilla”, tras el desalojo policiaco de un millar de manifestantes, el 29 de mayo. Después de desmantelar las tiendas en cuestión de minutos, la policía rodeó a los presuntos “indignados” sentados cerca de la Bastilla, que coreaban lemas como: “Resistencia pacífica” o “Una vida más bella, una democracia real”.

“No estamos aquí para lanzar piedras. Vinimos con flores. No somos un movimiento de oposición, sino propositivo”, dijo a la Afp otro manifestante, Julian, estudiante de 27 años.
Iniciado el 19 de mayo en la plaza de la Bastilla, el movimiento de los “indignados” franceses, que sigue el ejemplo del surgido espontáneamente el 15 de mayo en la Puerta del Sol, en Madrid, quiere ser “popular”, “intergeneracional” y rechaza la “democracia representativa” y “una situación económica que ya no se puede soportar”.

Luego de perder una nueva apuesta en la plaza de la Bastilla, los “indignados” franceses planean acciones para imitar a los españoles en esta forma de protesta pacífica que busca llamar la atención ante la injusticia social.

De hecho, el movimiento se inspira en un libro de Stephen Hessel, miembro de la Resistencia en la Segunda Guerra Mundial y uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

A sus 93 años, Hessel ha logrado sacudir a la opinión pública europea en su obra Indígnese, que es un llamado a la sublevación popular y de forma pacífica contra las crisis económicas, las guerras, la opulencia de los ricos y el papel de los gobiernos.

Mathieu Rocard, integrante del grupo de “indignados” galos, declaró que por ahora no han logrado reinstalarse en la emblemática plaza de la Bastilla, de donde fueron desalojados por la policía más de mil manifestantes el 29 de mayo último.

Sin embargo, Rocard adelantó que se organizarán mejor hacia el futuro para lograr las simpatías que necesitan en su afán por enfrentar la democracia representativa, fustigar el panorama económico actual.

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