viernes, 10 de junio de 2011

Inglaterra y Francia: sequía extrema.

Inglaterra y Francia sufren una de las peores sequías en décadas
Londres y París preparan restricciones y prometen ayudas a los agricultores afectados


Francia y el este de Inglaterra sufren los estragos de una de las peores sequías en décadas. Francia ha sufrido la primavera más seca desde hace 50 años y el Este de Inglaterra la menos lluviosa en un siglo. La falta de precipitaciones ha encendido las alarmas y Londres y París preparan restricciones.

El Gobierno británico declaró ayer oficialmente zona de sequía en varios condados del Este de Inglaterra que han vivido la primavera más seca en 100 años. Eso significa que las compañías distribuidoras de agua pueden recortar el suministro si lo consideran necesario.

La sequía es patente en la región de East Anglia y amenaza con extenderse a otras zonas de las Midlands, Gales y el sudeste y el sudoeste del país, tras la primavera más seca vivida por el conjunto de Inglaterra y Gales desde 1990. Sin embargo, Escocia ha vivido la primavera más húmeda desde que existen registros meteorológicos, con precipitaciones que superan en un 20% la media en esa época del año.

Inglaterra no es un país de grandes pantanos, pero la zona de East Anglia es cada vez más propensa a la sequía y los agricultores, que corren el riesgo de ser los más perjudicados, han empezado a pedir medidas a largo plazo, desde embalses a regadíos por goteo.

Tanto Anglian Water como Cambridge Water han afimado que no hay amenaza de restricciones de agua para el público, pero Severn Trent Water, que sirve a ocho millones de consumidores en la zona comprendida entre el canal de Bristol al oeste y el estuario del Humber en la costa este, y desde Gales central a las East Midlands, ha advertido que si no cae agua habrá restricciones. Los meteorólogos anuncian un fin de semana de lluvias en casi toda Inglaterra, pero se necesitan dos meses de lluvias por encima de la media veraniega para acabar con la amenaza.

En Londres, Thames Water ha descartado que vaya a haber restricciones como las que se vivieron hace unos años, cuando se prohibió el uso de mangueras para regar los jardines o lavar los coches.

Aunque la sequía ha beneficiado a cultivos como la frambuesa o los espárragos, amenaza con la ruina a los agricultores que viven del trigo y otros cereales. El presidente del sindicato de agricultores, Peter Kendall, ha pedido al Gobierno que tenga en cuenta las cuantiosas inversiones que han realizado. "Sería una locura que de repente se cerrara el grifo.

Es mejor reducir el consumo al 30% o al 40% en las zonas en las que hay sequía", ha declarado. En algunas zonas, los agricultores han empezado a regar los cultivos de noche para evitar la evaporación que se produce a pleno sol. La sequía afecta también a otros sectores económicos, como las compañías eléctricas y las manufacturas.

Francia ha sufrido la primavera más seca desde hace 50 años. Los expertos ya anunciaban una sequía peor que la sufrida en 1976 (el Gobierno habilitó entonces un impuesto especial para ayudar a los agricultores). Sin embargo, a base tormentas intermitentes y desde el principio de junio, la lluvia ha vuelto.

Con todo, no resuelve los grandes estragos de tres meses de ausencia de precipitaciones en un país poco acostumbrado a mirar al cielo y no encontrarlo encapotado. "Las lluvias de este mes han paliado las necesidades de agua de las plantas, pero no llegarán a las capas freáticas", advierte un hidrólogo a la agencia France Presse.

Este especialista asegura que sería necesario que lloviera todos los días hasta el mes de julio para equilibrar una primavera inusualmente seca y, sobre todo, ante la perspectiva de un verano que los expertos prevén más caluroso de lo normal. Actualmente, aún hay 60 departamentos franceses con alguna restricción de agua.

Así, el presidente de la República, Nicolas Sarkozy, se desplazó el jueves a una de las regiones más afectadas, Poitou-Charentes, en el este de Francia, para anunciar una serie de medidas, entre las que se cuentan las ayudas financieras a los agricultores, que no encuentran forraje con el que alimentar al ganado, y un plan para ahorrar agua, incluido en los cultivos.

"El Estado os ayudará a utilizar el agua", explicó Sarkozy. "Se discutirá el modo: por ejemplo, a nadie se le obliga a plantar siempre maíz, que pide más agua que otros cultivos".

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