lunes, 13 de junio de 2011

La marcha de las putas.

Llega protesta de la “Marcha de las putas” a Sydney, Australia

Cientos de mujeres marcharon hoy por las calles de la ciudad para manifestar su rechazo al acoso sexual con consignas como "los hombres no son gatos, ni las mujeres carne". Ayer, en el DF también se dejaron escuchar las voces femeninas contra la violencia de género.

Hombres y mujeres participan hoy en Sydney, Australia, en la 'Marcha de las Putas', una campaña internacional que se originó en Toronto, Canadá. “No somos ni putas ni santas”

"NO es NO", se unen en México a Marcha de las Putas

Sydney • La denominada "Marcha de las putas", movimiento nacido en Canadá para protestar contra la violencia de género y que se ha extendido por medio mundo, tomó hoy las calles de la ciudad australiana de Sydney con lemas como: "No es no" o "los hombres no son gatos, ni las mujeres carne".

En medio la llovizna de un día festivo, medio millar de personas, entre ellas un colectivo de mujeres hispanas, marcharon por las calles más céntricas de Sydney para expresar su repudio contra el maltrato y el acoso sexual.

"Queremos expresar un 'no' a la violencia de género", dijo a Rosarela Meza, una peruana del colectivo de mujeres hispanas, quien enfatizó que defiende también el derecho de los homosexuales, lesbianas y prostitutas.

Mujeres, hombres, homosexuales, travestidos, trabajadores del negocio del sexo y hasta familias con niños lucieron en esta jornada desde simples camisetas con vaqueros hasta velos islámicos, por un lado, y atuendos rosados fosforescentes con maquillajes como los de los personajes de "Priscila la reina del desierto", por otro.

También abundaron las vestimentas negras de las góticas, mallas de redes de pescadores y tacones aguja, pantalones cortos y minifaldas y cabelleras teñidas de azul, rojo, púrpura o vede y hasta los collares con la palabra "slut" (puta).

La marcha para enfatizar el derecho de las personas, especialmente las mujeres, a no ser juzgadas por su vestimenta, se llenó de pancartas en las que se leían consignas como: "Mi vestido no es un 'sí'", "que no te violen" o "qué es primero la mujer o la puta".

Con un cartel que decía en español "este cuerpo es mío, no se toca, no se viola, no se mata", la colombiana Andrea Yáñez señaló que en Australia "no se siente" la discriminación ni la violencia de género como en los países hispanos, mientras que la uruguaya Raquel Iglesias hacía eco con la frase: "el machismo está muy asentado en Latinoamérica".

A pesar de que Australia es una sociedad multicultural que tiene una legislación contra la discriminación de cualquier tipo, aún se dan casos de acoso o violación sexual.

En Australia se denunciaron unos 43 mil casos de asalto sexual, de los que 34 mil fueron contra mujeres, según una encuesta realizada entre 2009 y 2010 por la oficina de estadísticas.

Pero las denuncias no reflejan la realidad porque muchas mujeres "tienen miedo a acudir a la Policía", comentó Jason di Marco, uno de los manifestantes, que contaba el caso de una de sus amigas que fue violada.

Vestido con un abrigo de imitación de piel de leopardo, Jason relató que creció con su madre y rodeado de mujeres desde que su padre lo abandonó por sus discapacidades físicas y que como consecuencia de esa vivencia comprende las distintas situaciones de peligro por las que atraviesan las féminas.

"Tengo amigas que trabajan en la industria de los adultos", dijo sutilmente para referirse a la prostitución y "no me importa porque las quiero", agregó Jason.

La marcha es para decir que los sobrevivientes de las violaciones "ya han tenido demasiado" y que los asaltos sexuales contra las "putas" o personas estigmatizadas "también son un crimen", proclamó recientemente Elena Jeffrey, una trabajadora sexual, víctima de una violación e integrante del colectivo de la "Marcha de las putas" de Sydney.

La "Marcha de las putas" nació en Canadá después de que un jefe de la Policía de Toronto asegurara a principios de año que si las mujeres no quieren ser violadas "no deben vestirse como putas" y se ha extendido por Europa, varios países de las Américas, entre ellos Nicaragua y Honduras.

En Australia estas protestas comenzaron a finales de mayo en la ciudad de Brisbane y fueron seguidas de eventos similares en otras urbes como Melbourne, Camberra, Adelaida y Sydney

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