jueves, 9 de junio de 2011

Mi casamiento/cuento corto.

Mi casamiento con Jorge

Por fin llegó el momento, tenía tanta ilusión, faltaban pocos días para la boda. Entre despedidas y despedidas, me entero que Jorge había tenido una relación muy apasionada con Ceci; nadie lo negó, ya que había pasado tiempo antes de que yo lo conociera.

Jorge me había contado que Ceci era una amiga de su juventud
a la que consideraba como una hermana pequeña.
La cosa es que seguia saliendo con ella a tomar unas copas de vez en cuando,
cosa que no me molestaba.

Yo solo la vi una vez y recordaba vagamente su figura.

Comencé a analizar la situación, ya que sentía que estaba pasando algo raro
y me dí cuenta que Jorge había estado ausente
más de la cuenta en nuestras citas y reuniones previos al casamiento,
aludiendo sus tardanzas a un exceso de trabajo. Para satisfacer mi curiosidad llamé a Pepe, un amigo de su oficina y entre broma y broma le dije que lo dejaran de torturar y que le dieran más tiempo libre.

Pepe se rió y me dijo que ojalá dejara de faltar tanto cuando regresara de la luna de miel, ya que el no podía seguir cubriendo sus faltas en el trabajo.
Me reí con él, sintiendo que me clavaba un puñal.

Fue tan fuerte el dolor, que no me sentía segura de seguir con el asunto del casamiento. Haciéndome la de la vista gorda,
pensé en que siempre nos habíamos dado mucha libertad
y que si él quería continuar era porque realmente lo deseaba.

El día de la boda me levanté con ganas de llorar;
no me sentía linda, feliz ni querida. Quería poner una excusa y salir corriendo,
más no se me ocurría. Cuando le comenté a Rita, su hermana,
con quien me quería tanto, se sonrió y me dijo, no seas tonta, Jorge en realidad te ama.

Me sobrepuse fingiendo una sonrisa, mas mi vista estaba perdida.
Entré a la iglesia de la mano de mi padre,
que no dejaba de preguntarme qué me sucedía.
De pronto veo a Ceci sentada en una banca vestida de mujer fatal
viéndome con indiferencia...

Mis mis piernas se aflojaron, sentí que me desmayaba.
Le dije a mi padre que me sacara de allí lo antes posible.
Si alguna vez tuve dudas de algo que no entendía en el proceder de Jorge,
ahora me daba cuenta que no tenía nada por qué luchar,
no iba a compartir mi matrimonio.

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