martes, 14 de junio de 2011

Saramago, su novela inacabada.

La novela inacabada de José Saramago se publicará en 2012

El próximo 18 de junio se cumple un año de la muerte de José Saramago y en estos meses su viuda, Pilar del Río, "cómplice" del gran novelista, no ha dejado de trabajar por "el compromiso cívico" que ambos compartían. Sus libros le sirven de consuelo, pero ya no están sus denuncias ni sus críticas al poder.



"Echo mucho de menos, como tantos lectores, la palabra de Saramago. Ya no está esa última instancia que era él para tanta gente en la tierra", afirmó hoy Pilar del Río en una entrevista con Efe, en la que anunció que en 2012 se publicará la novela que el escritor dejó inacabada y en la que trabajaba cuando le sobrevino la muerte.

En su casa de Madrid, Del Río comenta que "serán los editores" del premio nobel portugués los que decidirán los detalles del lanzamiento de esa novela, que saldrá en todo el mundo a la vez.

Tras publicar "Caín", el escritor empezó una nueva novela sobre la industria del armamento y el tráfico de armas, que había titulado "Alabardas, alabardas, espingardas, espingardas", un verso del gran poeta y dramaturgo luso Gil Vicente.

Habrá que esperar a 2012 para que los lectores conozcan cuántos capítulos dejó escritos Saramago, y será Alfaguara el sello que los difunda en los países de habla hispana.

Esta semana, Pilar del Río, que justo hoy hace veinticinco años que comenzó su relación con Saramago, participará en varios actos para recordar la figura del escritor, cuando se cumple el primer aniversario de su muerte.

El acto central tendrá lugar el sábado, 18 de junio, en Lisboa, donde se depositarán las cenizas del escritor frente al río Tajo y delante de la sede de la Fundación José Saramago, presidida por su viuda.

Las cenizas, dijo Pilar del Río, se enterrarán "bajo las raíces de un olivo que se ha traído desde Azinhaga, la aldea natal de José". Habrá también "una piedra grande de mármol con la inscripción 'No subió a las estrellas porque pertenecía a la tierra'", una frase perteneciente a la novela "Memorial del convento".

Esta noche, en la Casa de América de Madrid, habrá una lectura dramatizada, titulada "Voces de mujer en la obra de Saramago". Participarán la propia Del Río y las actrices Aitana Sánchez Gijón, Pilar Bardem y Pastora Vega, junto a la bailaora María Pagés.

Como presidenta de la Fundación y, "sobre todo, como cómplice de Saramago y militante en el mismo cuerpo de ideas", la viuda del escritor ha procurado "mantener y respetar" la posición que Saramago defendía como ciudadano y como intelectual.

"No podemos pasar la responsabilidad a otros. No van a ser las cúpulas de poderosos las que nos van a solucionar la vida y a resolver los problemas", aseguró Del Río, que tuvo que contener la emoción en varios momentos de la entrevista.

"Somos los ciudadanos los que debemos tener coraje, salir a la calle, gritar, desmantelar, construir. Ese era el proyecto de Saramago, pero también es el mío", afirmó.

Pilar del Río se reúne hoy con una representación del movimiento 15-M para "mostrarles el consuelo" que pueden encontrar en los libros de Saramago, que son también "una forma de estar en la vida".

"Los indignados no están solos", señaló la presidenta de la fundación, quien recuerda que en "Ensayo sobre la lucidez" ya previó reacciones ciudadanas similares a las del 15-M o a las que en semanas pasadas hubo en Egipto y en otros países árabes.

En aquella novela, el escritor imagina unas elecciones generales en las que el 90 por ciento de los votantes lo hace en blanco y los políticos consideran esa actuación "un ataque al sistema".

"Saramago vio que hay una juventud que en ocasiones nos parece conformista, pero que otras muchas veces sale a la calle y le dice al sistema: 'No nos vendáis más cuentos. El sistema tiene que ser renovado porque hemos llegado al crack y hay millones de desempleados'", añadió.

La voz de Saramago parece escucharse en la casa que el novelista y su mujer tenían en Lanzarote, que se abrió al público hace tres meses y que con el tiempo se convertirá "en una visita obligada para lectores de todo el mundo", señala Del Río.

Entre esas paredes "se percibe la vida de Saramago, se ven sus libros y dónde escribió las últimas novelas. La gente sale llorando de emoción", asegura.

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