domingo, 19 de junio de 2011

Tatuajes, desde épocas muy remotas.

Tatuajes: celebra Guatemala una práctica de más de mil 500 años
El tattoo es una marca personal no es para que lo liguen a uno a actividades delictivas: organizador de la I Expo Tatto GT.

Guatemala. Tatuarse el cuerpo es una práctica con una historia de más de mil 500 años en Guatemala, que, sin embargo, se fue perdiendo y ahora es estigmatizada, por lo que tatuadores profesionales buscan rescatar esta cultura, que día a día cobra más fuerza, especialmente entre los jóvenes.


"El tatuaje no es nuevo en Guatemala, viene desde la cultura prehispánica, aproximadamente mil 500 años atrás. Es una cultura que ya está establecida", afirmó José Farnés, promotor de la I Expo Tattoo GT, que se celebró durante un día en el Centro Histórico y concluyó la madrugada de este domingo.

Farnés precisó que la actividad se organizó con el objetivo de dar a conocer la cultura del tatuaje y buscar que se elimine el estigma que se tiene en el país sobre esta cultura.

"Es inaceptable que cuando capturan a alguien digan que es delincuente solo porque tiene tatuado su cuerpo. El tattoo es una marca personal no es para que lo liguen a uno a actividades delictivas. El tatuaje es un arte", subrayó el organizador del evento.

Luis Arturo Valenzuela, uno de los pioneros en el arte de tatuar cuerpos en Guatemala, coincide con Farnés al señalar que los tatuajes son marcas personales que acompañan a las personas por el resto de sus vidas.

"Por lo mismo nuestra misión (de los tatuadores) es hacer un buen trabajo, algo con lo que los clientes queden satisfechos", subrayó.

Valenzuela, de 44 años, tiene 27 dedicado a este oficio, que aprendió en Estados Unidos, donde residió ilegalmente por espacio de dos años en la década de 1980.

"Empecé tatuando a mis amigos, luego ellos me llevaron a otros amigos y así se formó la cadena. De esto hace ya 27 años", afirmó Valenzuela, quien durante 17 años compartió esta actividad con la Lucha Libre Profesional en Guatemala, medio en el que se le conoció con el nombre de Furia Verde Jr.

"Todos los tatuajes son especiales, porque son para toda la vida", agregó este tatuador y luchador, cuyo primer tattoo, la cabeza de una pantera gruñendo, se lo hizo en el antebrazo izquierdo, en Estados Unidos. "Mi papá me pagó mi primer tatuaje", destacó.

Valenzuela es dueño de uno de los 12 estudios profesionales que existen en Guatemala y su trabajo lo desarrolla en la turística ciudad de Panajachel (Sololá, oeste), pero la caída del número de visitantes a esa región y las condiciones económicas lo están obligando a viajar a otras áreas.

"Hace cinco o seis años realizaba al menos un tatuaje diario, ahora es eventual. Si baja el turismo también baja el trabajo, por lo que ahora salgo a otros departamentos a realizar mi trabajo. Eso sí, espero que se reúna un grupo para hcer el viaje", detalló.

De acuerdo con Farnés, otro mito que buscan erradicar de la sociedad guatemalteca es que una persona tatuada no puede donar sangre, pues, según él, esta práctica sí es posible luego de transcurrido un año. "Está comprobado científicamente, no es invento mío", destacó.

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