jueves, 15 de septiembre de 2011

El cine se desnuda para llegar al Oscar.

El cine se desnuda para ligarse al Oscar
Las películas de temática sexual copan el festival de Toronto, mercado previo para los galardones de Hollywood
ROCÍO AYUSO -

Si la programación del Festival Internacional de Toronto es indicación de lo que nos espera a la hora del Oscar, los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas serán los más calientes de las últimas décadas. La muestra de cine que se celebra estos días en la ciudad canadiense, y donde comienzan las campañas al Oscar, es un continuo despliegue de sexo y erotismo en su programación. Los ejemplos se suceden. 360, el último trabajo de Fernando Meirelles, comienza con una joven en topless posando para un anuncio de prostitución en Internet.

Keira Knightley también enseña sus senos sin pudor en esa historia de sadomasoquismo e histeria en la que se convierte A Dangerous Method. Madonna desnuda a sus protagonistas nada más comenzar su nuevo trabajo como realizadora en W.E. Además hay numerosos hombres dispuestos a enseñarlo todo como Matthew McConaughey en la comedia Killer Joe o Matthew Goode que arranca su nueva película, Burning Man, masturbándose...

Claro que el más comentado es Michael Fassbender, el nuevo descubrimiento de Hollywood y recién galardonado en el Festival de Venecia por su trabajo en Shame. Como describió en su blog la comentarista de cine Marlene von Arx, "el desnudo frontal paga". La película centrada en un neoyorquino demasiado acostumbrado al sexo en internet como para mantener una relación emocional es un continuo festival carnal recibido en Toronto entre gritos como el de esa señora que dijo "eso sí que es un equipo" ante lo que veía en pantalla y desmayos como los de esa otra espectadora que acabó en el suelo (todo sea dicho en una escena más violenta que sexual).

¿Demasiado arriesgado para el puritanismo de Hollywood? Al parecer, no. Al fin y al cabo a la hora de los Oscar, un poco de controversia nunca viene mal. Si en ediciones anteriores los aspirantes a este galardón se esforzaron por sorprender al público y a los académicos con trabajos tortuosos con problemas físicos y mentales que afeen su porte de estrella (Mi pié izquierdo, Monster, El discurso del rey, Las horas) para llevarse el Oscar de calle este año la adicción se llama sexo.

Como dijo Fassbender en Toronto, "hoy en día el sexo viene hasta con los cereales del desayuno". No estamos hablando de un sexo glorificado o para mirones al estilo Emmanuelle. Se trata de un sexo descarnado e incómodo, donde la carne es visible pero el erotismo brilla por su ausencia. "No tiene nada de sexy", comentó Knightley de su trabajo como la psicoanalista Sabina Spielrein y la relación que mantiene con Carl Jung (Fassbender) y Sigmund Freud (Viggo Mortensen). "Es clínico, nada atractivo", añadió.

Aun así, la actriz candidata al Oscar no estaba nada segura de si debía desnudarse para el papel. Dos tragos de vodka antes de cada toma y una conversación con su director David Cronenberg eliminaron sus temores. Keira acaba enseñando sus pezones hasta en escenas que ni tan siquiera son sexuales. "Claro que fue deliberado. Esa toma la hace sentir más fuerte, sin temerle a su cuerpo", detalló el realizador.

Kirsten Dunst también le ha dado en Toronto un giro de 180 grados a su carrera. De novia de Spider-Man ha pasado a ser la mujer vejada en su noche de bodas por otro que no es su marido en Melancholia. Y Elizabeth Olsen también se aleja de su imagen de niña que le dio durante años la serie de televisión Padres forzosos con la carga sexual de su nuevo estreno Martha Marcy May Marlene. Nadie dice que sea fácil desnudarse delante de las cámaras. Como confesó Fassbender a la prensa, el rodaje de Shame fue "tan incómodo como te puedes imaginar".

Pero a juzgar por su galardón en Venecia y los rumores que rodean al intérprete alemán de madre irlandesa, ese desnudo le puede dar un último empujón hacia el Oscar. Aunque no parezca lo más normal en un Hollywood pudendo, no sería la primera vez que el sexo lleva a las puertas de la Academia como fue el caso de El último tango en París, candidata en 1974 a mejor director (Bernardo Bertolucci) y mejor actor (Marlon Brando).

"De un modo extraño la disponibilidad de la pornografía que disfrutamos en la actualidad no es más que otra forma de represión. No creo que estemos tan liberados como pensamos. Sólo hablamos más de ello", resumió Cronenberg sobre este debate sexual al que se suman otras cintas en busca del Oscar como Sleeping Beauty donde Emily Browning se droga hasta la inconsciencia para que sus clientes hagan con ella lo que quieran; Take This Waltz donde Michelle Williams se trabaja vigorosamente a su novio; a su novio y a otra mujer y de nuevo a su novio ahora con otro hombre, o La piel que habito donde Pedro Almodóvar le da la vuelta al sexo. Pero en ocasiones hasta los más abiertos de Hollywood tienen sus límites como explicó Goode al decir que el pene en pantalla nunca puede superar "el Mull de Kintyre", expresión que hace referencia a esa isleta en la costa oeste de Escocia con un cierto parecido al miembro viril.

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