martes, 7 de febrero de 2012

Las materias primas, ese gran negocio.

Por: Alejandro Rebossio
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Unos precios históricamente altos de las materias primas y unos tipos de interés a ras del suelo en los países desarrollados atraen capitales hacia Latinoamérica, con lo que la región podrá sobreponerse a “velocidad crucero” del estancamiento europeo, la recuperación gradual de EE UU y el aterrizaje suave del crecimiento acelerado de China. A esa conclusión llega un nuevo informe del Estudio Bein, de Argentina, que basa algunas de sus proyecciones en datos del banco de inversión norteamericano JP Morgan. Bein también plantea en su informe la respuesta a la pregunta de qué país latinoamericano ha sido el más favorecido por el encarecimiento de las materias primas de los últimos nueve años.



La consultora argentina calcula que fue Venezuela el país en donde más mejoraron los términos del intercambio (evolución relativa de los precios de las exportaciones y de las importaciones de un país) entre 2003 y 2011. En el país petrolero de Hugo Chávez se registró una subida de casi el 120%. Le siguió Chile, con su cobre y más del 85% de mejoría. En tercer lugar, Bolivia, rico en minería y gas, con más del 60%.

Los términos del intercambio del minero Perú mejoraron más del 45% y los de Colombia (exportadora de petróleo) y Brasil (potencia agrícola), más del 40%. En la media latinoamericana, la relación entre precios de exportaciones e importaciones subió algo más del 20%, pero los beneficios se concentraron en Sudamérica, y no en Centroamérica.


Sin embargo, algunos países sudamericanos no se han visto tan beneficiados por los cambios como sus vecinos: Argentina (con más del 15% de incremento), Paraguay (más del 5%) y Uruguay (con una caída del 1%, pues sus exportaciones agrícolas se contraponen a sus importaciones de petróleo). De cualquier forma, Marina Dal Poggetto, economista de Bein, destaca que aun en casos como el de Argentina la subida de precios de las materias primas ha tenido un impacto muy beneficioso porque ha superado los niveles históricos.

México, gracias al petróleo, también mejoró en más del 5% sus términos del intercambio. Todos los países centroamericanos empeoraron: los más perjudicados fueron Costa Rica, Panamá, El Salvador y República Dominicana y los que menos, Guatemala, Nicaragua y Honduras.

Bein calcula que si no colapsa la eurozona y EE UU y China se mantienen en la tendencia actual, Latinoamérica crecerá este año el 3,4%, frente al 4,3% de 2011. La consultora del exsecretario de Política Económica argentino Miguel Bein advierte, de todos modos, que impactará “de lleno” una moderación del crédito de los bancos europeos, cuya exposición en activos de la región asciende a “nada menos” que 771.000 millones de dólares. Brasil, que sufrió el contagio europeo por anticipado, pasará de expandirse el 2,8% el año pasado al 3,1% en 2012. México se desaceleraría al 3,3%, frente al 4% de 2011. Argentina bajaría del 7% al 3,5%; Colombia, del 5,7% al 4% y Chile, del 6,3% al 4%.



¿En qué medida los países latinoamericanos están expuestos a una variación del precio de las materias primas o de la demanda de Europa, EE UU y China? Para comenzar, las exportaciones de la región suponen el 17,9% del PIB total. La relación es más alta en Chile (31,9%), Ecuador (30,2%), México (28,8%) y Venezuela (28,4%) y resulta menor en Brasil (9,7%), Colombia (13,8%) y Argentina (18,6%), entre las economías de mayor tamaño.

La mitad de las exportaciones latinoamericanas consiste en productos básicos. El porcentaje es mayor en Venezuela (97,5%), Ecuador (80,9%), Perú (77,7%) y Chile (74,8%). En cambio, México es de los menos dependientes de las materias primas (18,3%), mientras que Brasil (55,4%), Colombia (56,9%) y Argentina (59,7%) se encuentran por encima de la media regional.

Un tercio de las ventas externas de Latinoamérica va a EE UU. Los más expuestos al riesgo del país de Barack Obama, que está marchando mejor de lo esperado, son México (que envía allí el 78,8% de sus envíos al exterior), Venezuela (48,5%) y Colombia (43,1%). Los menos dependientes de EE UU son Chile (3,7%), Argentina (7%) y Brasil (9,6%).

A la estancada Unión Europea llega el 14,9% de las exportaciones latinoamericanas. Los países que más le venden y, por tanto, los más afectados son Brasil (21,4%), Perú (17,6%) y Argentina (16,5%). En cambio, México solo le envía el 5,3%; Chile, el 6,8% y Venezuela, 7%.



Por último, China compra un décimo de las ventas externas de la región. Los de mayor relación son Chile (25,3%), Brasil (15,2%) y Perú (11,8%). Los de menores vínculos son México (1,2%), Ecuador (1,9%) y Colombia (4,9%).

Bein considera que en general los países latinoamericanos siguen teniendo buenos fundamentos macroeconómicos porque supieron capitalizar los mejores años de bonanza de las materias primas, entre 2003 y 2007, antes de la crisis mundial. La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, según sus siglas en inglés) los ha alertado de la bajada del precios de los alimentos. Pero su situación contrasta con la de los países de la periferia europea, con problemas de solvencia, y además les deja margen de maniobra para aplicar políticas contracíclicas para amortiguar crisis externas.

“La heterogeneidad hacia dentro de la región estaría dada por los mecanismos de reacción anti-cíclica que se aplicarán para amortiguar estos shocks desde Europa maximizando, mientras tanto, la dinámica del crecimiento”, dice Bein. “Por un lado, la sintonía fina será la regla de las economías que vienen priorizando la prudencia macroeconómica vía el sesgo contracíclico de la política monetaria”, se refiere a la consultora a países como Brasil y Chile, que han empezado a recortar el tipo de interés de referencia.


“En el lado opuesto, la regulación financiera seguirá siendo el eje de la macro de Venezuela. Economía que apuesta a mantener una trayectoria de aumento de los salarios en dólares a partir de los dólares estructurales del petróleo y del cepo cambiario vía la institucionalización de los controles sobre las importaciones y la formación de activos externos (salida de capitales). Argentina se ubica de este lado, con regulación financiera combinada con un intento de moderación de la nominalidad”, alude Bein al intento del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner de rebajar el ritmo de aumento del gasto público, la emisión monetaria y los salarios.
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