Por Bolivar Hernández.
Cuento corto (para leer antes de dormir). Ahora que estoy en Madrid frente a Las Cibeles, sitio emblemático para los turistas y residentes de esta ciudad, no puedo dejar de recordar a la Plaza de Las Cibeles de la ciudad de México, una réplica exacta de éstas, donde sucedieron hechos románticos que aun marcan mi vida actual.
Esa noche, ya casi de madrugada, había invitado a Patricia a cenar en un ...romántico restaurante de la calle de Durango casi esquina con Oaxaca, en la colonia Roma, cerca de Las Cibeles. Era la primera vez que salíamos y el propósito era seducirla de una vez por todas. Cenamos cosas ricas, fusión de comida mexicana y europea, y tomamos una botella de vino tinto francés. La conversación fue agradable y dilatada, el capitán nos pidió que nos retiraramos porque ya iban a cerrar. Le tenía un regalo especial a Patricia y le pedí que me acompañara unos cincuenta metros hasta la Plaza de Las Cibeles, dimos varias vueltas en torno a ellas
y le dije: 'Te regalo esta fuente', ella se emocionó tanto que me lo agradeció con un beso largo en la boca, sin decir palabra. Una hora más tarde, ambos eufóricos por este encuentro maravilloso, apareció la pregunta de rigor: ¿"A tu casa o a la mía"? A la tuya, respondí de inmediato. Desde esa madrugada no volvimos a separarnos jamás durante los siguientes cuatro años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario