Cuento corto (Para amenizar la Semana Santa). Ella fue mi penúltima esposa legal y concluimos la relación de una manera amistosa, cosa que nadie podía imaginárselo. Ya han pasado varios años de aquella ruptura, sin embargo nos hemos visto para conversar y salir de viaje juntos, como amigos. La ocasión en que nos despedimos, presintiendo que no habría otra oportunidad más, fue hace más de un año. A...l despedirnos con un abrazo y un beso en la mejilla, nos deseamos éxito en el amor por venir. Ella es una mujer madura, espectacular por su belleza nativa y su gran estatura física. Es lo que mis amigos definirían como ''un mujerón''.
La vida nos ha llevado por caminos diversos y países distantes entre sí. Yo hace mucho tiempo que no pienso en ella, no hay nada por acá que me la pueda evocar. Ella es un ser humano generoso y solidario cuando quiere. Pero está peleada con la tecnología cualquiera que esta sea. NO mira una computadora ni de casualidad, los mensajes los lee cada seis meses. Es imposible una vinculación cibernética con ella.
Hoy aparece un correo suyo, larguísimo y amoroso, para relatarme acerca de su nuevo amor e informarme de lo maravilloso que es este chico, intuyo que es mucho menor que ella; aunque sus más de sesenta años ella no los representa.
Es imposible no hacer las debidas comparaciones entre el sujeto nuevo y yo, y hacerme un gran número de preguntas. No responderé a su correo porque con seguridad la respuesta sería leído a fin de año. Le deseo de todo corazón que sea muy feliz al lado de ese buen hombre de campo...
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