miércoles, 11 de abril de 2012

La conocí en La Selva/ cuento corto.

Por Bolivar Hernández


Cuento corto. La conocí en La Selva. Paseaba en bicicleta por La Condesa, como solía hacerlo todos los días, cuando escuché mi nombre, era la voz de mi joven amiga a quien acampañaba una mujer madura. Ella es mi madre y deseaba que se conocieran, ya le hablé de ti. Esa mujer me impresionó notablemente, bajé de la bicicleta y me acomodé con ellas en su estrecha mesa. Bebí café sin dejar de mirarla ...extasiado, la charla fue sobre lo que ella hacía. Era psicóloga como yo, y me dije: un punto más a mi favor. Quiero conversar contigo a solas, le dije. Me interesas demasiado, añadí, en forma atrevida. La chispa que ahí surgió fue evidente para los tres. Pasó el tiempo y la cita no llegaba a buen término. El día que acordamos cenar juntos fue algo maravilloso, comimos rico y bebimos vino blanco; ella golosa pidió varios postres; conversamos de tantas cosas que las horas pasaron volando. En esa época impartía un Taller de Amores Líquidos, al cual asistían unas veinte mujeres, así que le pedí a la dama madura que asistiera y ella aceptó gustosamente. Después de varias sesiones teóricas sobre las relaciones de pareja, me atreví a declararle mi amor. Ella dudó de mi pretensión amorosa, que consistía en mi teoría de La Toalla (Tú allá y yo acá), que consiste en que cada quien viva en su casa pero con un compromiso amoroso total. Finalmente vivmos una especie de "semi-toalla", bajo el mismo techo pero cada quien en su habitación. Dos años duró ese romance, fuimos felices mientras duró. Hoy que paso seguido por La Selva no paro de suspirar cuando veo la mesa aquella donde nos deslumbramos con tanta belleza y deseo. ¿Qué habrá sido de su vida?

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