miércoles, 11 de abril de 2012

Rajoy no cree que España vaya a ser rescatada.

Rajoy carga contra Monti y descarta una intervención de España
El presidente pide ante los diputados del PP "prudencia y responsabilidad"



Mariano Rajoy ha reaparecido con fuerza para intentar recuperar el pulso perdido en los últimos días y tratar de ofrecer una sensación de poder en un momento en que la prima de riesgo está disparada y un caos informativo del Ejecutivo está poniendo en cuestión su imagen. El presidente, en un discurso a los diputados del PP televisado para la prensa, ha cargado con dureza aunque sin citarle expresamente contra Mario Monti, el presidente italiano, que anoche, en el avión de vuelta de El Cairo, responsabilizó de la situación de la prima de riesgo italiana a los problemas en España, un análisis muy extendido en la prensa financiera estos días.

“La situación de la zona euro y los mercados es de enorme complejidad”, ha explicado Rajoy en un tono preocupado. “Ha habido declaraciones de algunos dirigentes europeos, anoche de nuevo. Quiero decir que nosotros no vamos contra nadie, no hablamos de otros países, a todos les deseamos lo mejor, lo que es bueno para España es bueno para la zona euro. Todos tenemos problemas, nosotros trabajamos para solucionar los nuestros y ayudar a la zona euro, y esperamos que los demás hagan lo mismo, que sean prudentes en sus afirmaciones. Todos tenemos una gran responsabilidad, queremos una Europa fuerte en un euro fuerte”.

La agenda reformista de Rajoy
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha detallado lo que ha llamado "agenda reformista" del Ejecutivo y que compone una lista de deberes que tienen pendientes sus ministros. Son éstos:

- Medidas contra el fraude fiscal, que se aprobará el viernes en el Consejo de Ministros.

- Medidas contra el fraude laboral y en la Seguridad Social, este mismo mes.

- Reforma de la Sanidad, este mes.

- Reducción del gasto educativo, este mes.

- Reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera, en mayo.

- Reforma del sistema financiero.

- Sacar al mercado viviendas de promotores.

- Reforma del sistema de alquiler de viviendas.

- Privatizaciones del sector público.

- Reforma del sistema energético.

- Ley de Emprendedores.

- Reforma de las Administraciones Públicas y las duplicidades.

- Fomentar el mercado único en España.

- Ley de Costas.

- Decisiones en investigación y desarrollo.

- Ley de televisiones autonómicas.

- Ley de tasas judiciales.

- Ley de Transparencia.
Es la segunda vez que Monti critica a España, la última se resolvió con una enorme tensión entre Roma y Madrid y finalmente una nota explicativa del Gobierno italiano, y después con una reunión bilateral en Seúl. Esta vez Rajoy ha saltado directamente. Pero el presidente, indirectamente, también se podía referir a su supuesto aliado Nicolás Sarkozy, que estos días ha criticado varias veces a España. Fuentes del Ejecutivo admiten que este tipo de declaraciones, y en especial la de la semana pasada de Mario Draghi, gobernador del BCE, hacen mucho daño a la imagen de España frente a los inversores. Rajoy ha mostrado así su enorme preocupación que estos últimos días trataba de ocultar huyendo de la prensa o anunciando más recortes a través de comunicados.

El presidente no se ha quedado ahí. Ha querido lanzar un mensaje claro para despejar el fantasma de la intervención que recorre España. Rajoy no ha citado expresamente esa palabra tabú, pero ha sido muy claro al descartar esa situación para España: “El año pasado nos gastamos 90.000 millones más, 2.000 euros por español. Esto hay que pedirlo prestado.

Hay países en Europa que no pudieron financiarse”, ha señalado en referencia a los países que fueron intervenidos (Grecia, Irlanda y Portugal). Pero ha rematado: “Este no es el caso de España ni va a ser el caso de España en el futuro, quiero dejarlo claro. Por eso pido la mayor prudencia y responsabilidad posible”.

Rajoy no ha hecho ningún tipo de autocrítica, aunque en privado varios miembros del Gobierno admiten que la imagen de los últimos días no ha sido la mejor, y el propio presidente se ha rectificado a sí mismo hoy admitiendo dos breves preguntas de los periodistas en los pasillos del Congreso, después de que ayer saliera por la puerta de atrás del Senado para evitarlos.

Aunque no ha hecho autocrítica, el presidente sí ha pedido a los suyos que eviten lo que el llama “el ruido”, esto es las críticas que se le hacen estos días al presidente –es poco probable que se refiriera con el ruido a la prima de riesgo disparada-. Rajoy se lo ha planteado así a los suyos: “Tenemos un plan, un rumbo fijo y cuatro años por delante. No hay que hacer caso al ruido ni entretenerse con cosas menores. No hay que distraerse con lo que solo dura 24 horas. Hay que concentrarse en lo importante. A nosotros lo único que nos importa es gobernar. Estamos viviendo el momento más difícil, el de los sacrificios compartidos sin frutos aparentes, pero los efectos se verán en el tiempo, y el empleo y el crecimiento llegarán, estamos poniendo las bases para el futuro. Hacemos las reformas porque es bueno para España”. También ha insistido varias veces en culpar al PSOE de la situación, único momento en el que los suyos le han aplaudido antes de la ovación final: “Nadie ha recibido una herencia como esta”, ha repetido.

A partir de ahí, el presidente, que claramente quería dar la imagen de la solidez de su mayoría absoluta rodeado de sus diputados –se ha referido varias veces a ese apoyo con el que cuenta y al respaldo que le dieron los ciudadanos en las urnas- ha enumerado las reformas que tiene por delante, entre ellas las principales la de la Administración pública, sanidad, educación, privatizaciones del sector público (no ha aclarado cuáles), energía, o la ley de emprendedores. Esa oleada reformista comenzará este viernes con la aprobación de un plan contra el fraude fiscal.

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