lunes, 2 de abril de 2012

Una mala película.

Mala con ganas


¿Qué es un mal filme? ¿Qué pecados son imperdonables? ¿Cuáles merecen perdón?
Luis Alemany | Madrid


"Esto de 'la película que detesto', 'la peor película del año', los 'contra Oscar' me enfada... Claro, la gente dice 'El árbol de la vida' porque parece que gusta ir a la contra, uno no puede decir 'Las bingueras' si quiere quedar bien. Y entonces dicen 'El árbol de la vida', la peor película del año. Anda, vete por ahí...".

Al guionista, novelista y crítico Manuel Hidalgo los Premios Razzie le ponen de mal humor, le parecen "un chiste malo", un chiste ya contado mil veces (a pesar de que la película de Terence Malick ha salido bienparada). Y, aquí entre nosotros: tiene razón. Intentemos, por tanto, intelectualizar un poco lo que intuitivamente entendemos todos por "una mala película".

"Las malas películas se pueden dividir en dos categorías. Primero, las malas por naturaleza, las que tienen todas las malas condiciones de partida: inadecuación y trivialidad de la idea, mal guión, mal director, malos actores, mal equipo, impericia... De estos hay miles de casos", explica Hidalgo. No hay que darle más vueltas.

"Y después está el caso más interesante de las películas que parten de buenos elementos pero fracasan. Y, sobre todo, que fracasan por su inadecuación respecto a sus fines que pueden ser muy variados", continúa Hidalgo. "Y ahí, casi todos los boletos para una película mala están en el guión. Un director puede arruinar un buen guión con sus aspiraciones a autor, pero muy difícilmente podrá levantar una película mal escrita. Puede haber casos sueltos en géneros concretos, pero no es lo normal".

Alberto Luchini, redactor jefe del suplemento 'La Luna de Metrópoli' de EL MUNDO, crítico de cine y autor del blog 'Soñar despierto', responde a la misma pregunta en un correo electrónico con ideas parecidas: "Hay dos tipos de películas malas: las que están hechas a propósito y las que no. Dentro del primer apartado podríamos incluir producciones con aspiraciones de 'blockbusters' cuyo único objetivo es arrasar en las taquillas y para ello no dudan en sacrificar cualquier aspiración artística a cambio de darle a su potencial público lo que espera: efectos especiales, sangre a borbotones, chicas guapas y ligeras de ropa... Un prototipo de estas películas malas podría ser la saga 'Transformers'. O cualquiera de las comedias románticas que protagoniza Katherine Heigl".

"Y luego", continúa Luchini, "están las películas malas a su pesar, que son las más lamentables. Guionistas y directores que aspiran a ser autores, a descubrir la pólvora y a reinventar el cine, con todo tipo de pretensiones artísticas e intelectuales y que lo único que consiguen es sonrojar al espectador. Un caso flagrante reciente podría ser 'En tierra de sangre y miel', de Angelina Jolie. Generalmente, las películas malas lo son siempre sobre el papel, es decir, a partir del guion: un director puede estropear un buen guion, pero no puede salvar un mal guion. Todo lo demás, viene por añadidura".

Javier Memba, autor de varios ensayos sobre historia del cine y amante y defensor de géneros menores, da una respuesta más concisa. "Lo único verdaderamente imperdonable es el aburrimiento. Película mala es la que no emociona, no tiene nervio ni corazón. Las de John Woo, por ejemplo, me desesperan".

Tipos de malos
Y la síntesis de todo lo dicho la ofrece Guillermo Balmori, historiador del cine en ensayos como 'La comedia'. "Yo creo que lo que hace verdaderamente mala a una película, y lo que más suele irritar, es que se haya planteado como una buena película. Hay películas malas divertidísimas, muy disfrutables, incluso con valores destacables en su propia maldad. Todo depende del planteamiento inicial con que se haya concebido esa película. Una película de Esteso y Pajares es mala porque 'ha de ser mala', porque entra en su concepto. Si fuese buena no sería lo que se espera de ella, no cumpliría sus objetivos. A mí, este tipo de películas no me produce ningún rechazo. No me atraen, pero no las rechazo ni me irritan. Es decir, habría un primer tipo de películas con vocación de 'malas' casi como género cinematográfico. Ocurre lo mismo con muchos filmes 'gore' que son muy disfrutables".

"Otro segundo tipo", contuinúa Balmori, "serían películas que yo calificaría como de una 'maldad ingenua'. Estas pueden ser más disfrutables que las anteriores y son películas malas por los poquísimos medios con los que cuentan pero que a menudo suelen suplirlos con golpes aislados de 'ingenio ingenuo'. Es el caso conocido de Ed Wodd 'and company'. Muchas series B de ciencia ficción de los 50 son auténticas joyas dentro de las películas malas, pero despiertan una ternura que a nadie irrita".

"Y llegamos al tercer tipo, el peor, el más irritable: una mala película con vocación de buena. La pretenciosidad, como en todas las artes y como en la vida cotidiana diría yo, acaba por dar al traste con casi todo. Una película con un director bueno, actores buenos y un presupuesto generoso que sea mala es algo que irrita mucho. Aquí te pondría el caso de un filme en cartel: 'Luces rojas'. Es una auténtica tomadura de pelo. Un reparto de campanillas (Robert De Niro, Sogourney Weaver...), un director al que se ha alabado y sobrevalorado hasta la saciedad, un presupuesto millonario, un tema sobre el papel más o menos jugoso. Y el resultado es bazofia pura. Eso si que irrita porque te han engañado. Te han soltado unas premisas que luego han dado la conlcusión esperada. Toma lugares comunes sonrojantes, resulta ilógica, lenta... y aburrida. En conclusión es ahí donde yo creo que radica todo: el aburrimiento".

Pecados menores
Siguiente pregunta: qué pecados merecen simpatía, cuáles son imperdonables. "Soy condescendiente con muchas malas películas si la actriz es guapa", asegura, muy serio, Javier Memba. "No sé ni cuántas películas horrorosas de Carole André pude ver en su época porque ella me parecía guapísima. Ya nadie se acuerda de Carole André, ¿verdad?". No mucho, es cierto. ¿Y entre los filmes en los que no participaba André? "Hay películas que no responden a las expectativas que ellas mismas despiertan. Y, de alguna manera, soy más paciente con ellas".

Alberto Luchini responde lo mismo y lo contario a la vez: "El defecto más insoportable de una película mala es la pretenciosidad, mientras que el más venial es la ingenuidad. Ahora bien, si una película es ingenuamente pretenciosa, la mezcla es para cortarse las venas".

¿E Hidalgo? "Justo ahora escribo un texto sobre el 'Moby Dick' de John Huston, que fue una película que salió mal, lleno de problemas, larga, desequilibrada y con un guión desequilibrado. Pero está la escena del sermón de Orson Welles, que es como una cápsula de emoción increíble. A partir de ahí, la experiencia de ver 'Moby Dick' es otra. Puedo apreciar películas imperfectas si tienen algunos momentos de virtud. No soporto cuando no hay nada, nada más que torpeza, bobada y trivialidad".

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